viernes, 27 de junio de 2008

MASIFICACION DE LA VIVIENDA


MASIFICACION DE LA VIVIENDA
DE: RAFAEL GROOSCORS CABALLEROPARA: PARLAMENTO ESTUDIANTILPROPUESTA DE RAFAEL GROOSCORS CABALLERO AL PARLAMENTO ESTUDIANTIL. http://ramminternational.blogspot.com/"AMIGOS SON LOS QUE EN LAS PROSPERIDADES ACUDEN SI SON LLAMADOS, Y EN LAS ADVERSIDADES SIN LLAMARLOS".
LA VIVIENDA: UN DERECHO IGNORADO
ANTECEDENTES POLITICOS El análisis del comportamiento de los venezolanos de las clases más necesitadas, durante el lapso transcurrido entre las últimas dos consultas electorales, nos permite concluir que el concepto de la democracia popular, entendida como un conjunto de valores relacionados con los más simples, pero esenciales, derechos humanos, está firmemente arraigado en nuestro País. En las elecciones Presidenciales del 2006, el Presidente y Candidato Hugo Chávez aparece como el portador de un mensaje de esperanzas y reivindicaciones para el pueblo, negándose a admitir cualquier posibilidad de entendimiento con los factores dominantes de la economía, incluyendo dentro de ellos, principalmente, al imperio, en clara alusión, para los más entendidos, a los Estados Unidos, pero con un señalamiento e identificación diferente para las mayorías populares. Las misiones y el reiterado énfasis en la necesidad de preservar la soberanía nacional contra quienes desprecian al pueblo, crean una ilusión en ellas que a despecho y en ausencia de una propuesta más atractiva en el frente opositor le consolidan como un salvador, capaz de resolver todos los problemas que les afectan. Apenas si la oferta de Mi Negra, planteada por un político provinciano, dentro de un ambiente más bien difuso y confuso, en el cual se observan inconsistencias por parte de los Partidos y grupos tradicionales de representación popular, logra atraer a buena parte de los electores, confirmando el interés del sector marginal por alcanzar soluciones concretas tras la acción política y por la vía electoral. En el Referéndum del 2007, por lo contrario, la propuesta socialista del régimen, dentro de un Proyecto de Reforma que trastoca linealmente el concepto que de la propiedad, la libertad y los derechos individuales, de los padres a la educación de sus hijos, de todos a la libre expresión de las ideas políticas, a la identidad religiosa, así como a la independencia de los poderes y a la alternabilidad en el ejercicio del gobierno, tienen los más humildes, desvía su atención y los coloca o en el grueso volumen de los que se abstienen a participar o entre los que rechazan directamente la propuesta. Los resultados de esta contradicción, en términos electorales, son suficientes para comprobar que las grandes mayorías venezolanas reclaman que se les entienda en sus sentimientos y aspiraciones, sin que medie para ello ninguna sujeción ideológica o fundamental. Replantea, pues, una vez más, que para el colectivo nacional la necesidad sentida está muy por encima de lo que consideran los líderes políticos, la necesidad real de la gente del pueblo.LA MASIFICACION DE LA VIVIENDAIndependientemente de que problemas tan agudos, como los de la inseguridad, el empleo y el ingreso familiar, la salud y la educación, el abastecimiento y la carestía de los productos básicos, el transporte y la vialidad, son tan cualitativamente importantes para los pobres, no hay ninguna duda de que el problema de la vivienda, sobre todo en los grandes centros urbanos, agravado por el desorden de las migraciones aluvionales, constituye, hoy por hoy, una de las cuestiones que más estremecen a los necesitados. Han sido demasiadas las veces y demasiados los líderes que han prometido, con respecto a la vivienda, lo que ni siquiera han dado muestras de que están dispuestos a cumplir. Si en algo parece que en el recuerdo de la gente han sido todos iguales, ha sido en cuanto a la vivienda, entendida como una especie de concesión graciosa del político hacia el pueblo y nunca como un verdadero derecho al que todos los miembros de la sociedad no deben ni pueden renunciar. Así como instintivamente el animal mamífero reclama su madriguera y el ave su nido, el orden social prefiere lógicamente al hombre colocado firmemente en el espacio y en el tiempo, en condiciones de vencer las exigencias de la naturaleza y de la historia. Lo prefiere y lo necesita bien ubicado, firmemente establecido, familiarmente organizado. El derecho a una vivienda digna y propia debería ser consagrado en la Constitución Nacional como uno de los derechos primarios, esenciales, básico de la familia venezolana, para cuyo ejercicio eficaz cualquier esfuerzo y sacrificio que hagan Estado y Sociedad, el sector público y el sector privado, están más que justificados. El último Censo Nacional del 2000 y la unanimidad de las investigaciones sociales de los últimos años, han señalado que alrededor de las dos terceras partes de las familias venezolanas o viven en ranchos insalubres, en zonas de marcada inestabilidad o deambulan en las calles y en los campos, en situación de alta peligrosidad social. No son pocos los estudios que han identificado el crecimiento desbordado de la delincuencia, con el hacinamiento inhumano de las familias de las mayoritarias clases populares, en las principales urbes del País. Se habla de que el déficit de viviendas en Venezuela, puede cuantificarse en más de Dos Millones de unidades, sin contar, probablemente, aquellas supuestas viviendas que no alcanzan a merecer y honrar la dignidad de sus ocupantes. De allí que las promesas de simple contenido político, demagógico y clientelar, como las famosas cien mil viviendas por año, no pasan de ser paños tibios que no convencen a nadie y en forma alguna pueden admitirse como solución ni remedio puntual a tan grave problemática. Una política de masificación, para la construcción y ocupación, a título definitivo y sin precariedad de ningún orden, de tantas viviendas como sea necesario dentro del lapso más breve posible, para que todas las familias venezolanas estén adecuadamente bajo el ejercicio de este derecho fundamental, debe ser una propuesta que lleve adelante, para cumplirla eficazmente, cualquier grupo, partido o asociación política que aspire, en el futuro inmediato, a congraciarse con el electorado y a merecer una alta distinción de la historia.ANALISIS DEL ESCENARIO OPINATICOEl único generador de opinión verdaderamente visible en la realidad opinática del País, parece ser el Presidente Hugo Chávez, quien, con o sin su intención deliberada, fundamento o no de una estrategia de dominación, ha logrado partir a Venezuela en dos grandes bandos, donde el leit-motiv es su propia persona, configurando un cuadro de altísima conflictividad. Es curioso observar como es que por su propia decisión, se produce un hecho electoral que por primera vez lo derrota, dentro de su proceso “bolivariano” y ahora “socialista”. El Referéndum sobre la Propuesta de Reforma Constitucional, independientemente de que ésta haya pasado todos los controles de la legitimidad, no es que haya sido negada por los votos de la oposición, si no que más bien no fue aceptada por un volumen considerable de fieles seguidores del chavismo y esto es fácil de constatar comparando los porcentajes de abstención de los dos últimos procesos electorales. Esta es la situación que debe cambiar y para lo cual es válido apelar a los factores emergentes, que han copado el escenario de la opinión pública en los últimos meses, tales como la Conferencia Episcopal y los estudiantes, proponentes de un instrumento de operación que podría tener incalculable valor para la ejecución de esta idea, como lo es el Parlamento Estudiantil. La sombra del pasado, su pesada carga derrotista, parece haber confundido a los operadores naturales del sistema democrático, los Partidos Políticos y evidentemente los ha expuesto ante las grandes mayorías, como instrumentos inertes, inadecuados, incapaces de construir un futuro, cón sono con sus deseos y aspiraciones. Aún cuando más adelante se les ayude a reposicionarse como debe ser ante la opinión, en este momento hay que encontrar quien les sustituya, temporalmente, ocupando su espacio con ánimo constructivo, capaz, con creatividad y conocimiento propio, con una propuesta programática novedosa y afín con las necesidades sentidas y reales de las gentes y, fundamentalmente, con credibilidad, permitiendo su acceso y su interconexión con todos los diferentes sectores de la sociedad, indispensable condición para revelar y consolidar símbolos positivos, que faciliten la posibilidad de presentar ambiciosos planes de desarrollo, que despierten la esperanza y la voluntad de los hombres y mujeres del País. El Parlamento Estudiantil, más que cualquiera de los otros factores emergentes señalados, cubre con creces esta exigencia, probablemente porque está integrado por los líderes del futuro y porque en la semiótica del lenguaje social, hablan en nombre del futuro. Por eso concebimos que es el Parlamento Estudiantil quien debería asumir el protagonismo en la presentación de esta propuesta para reconocer el derecho de todos los venezolanos a una vivienda digna y propia. Porque ante el hecho consumado, ¿ante quien se enfrentarían, habida cuenta de que en la oposición no hay quien les responda?. Se enfrentarían a un régimen que ya ha mostrado las primeras fases de su fragilidad, tras la derrota de la consulta referendaria. Mas que a un hombre, a un gobierno. Específicamente a un gobierno que les engañó, reiteradamente, durante estos últimos y largos nueve años, en cuanto a la solución al problema de la vivienda. A un gobierno que les creó la expectativa de que en un breve lapso, sin moverse cada quien de su hábitat, tendrían todos una vivienda y que nada más se requería, para lograrlo, que introdujeran la solicitud respectiva en la dependencia gubernamental más cercana. A un gobierno cuyos integrantes ya han dado muestras evidentes de su interés por corromperse, de su incapacidad general, del desconocimiento del énfasis social y del tamaño real de este problema de la vivienda. A un gobierno que recibió los fondos necesarios, dentro de la opulencia de sus ingresos petroleros, para atender este problema y a unos gobernantes que dispersaron o dilapidaron, por su propia incapacidad y su ánimo corruptor, los recursos asignados. El Parlamento Estudiantil debe tomar esta primera acción, de alto contenido y de alta relevancia social, coincidiendo con el comienzo del nuevo año, (podría ser el 23 de Enero) para abogar, en la calle y para todos, el reconocimiento al derecho de los venezolanos a poseer una vivienda digna y propia.IDENTIFICACION DEL DEFICITDe acuerdos a los Datos aportados por el Censo 2001 y sus proyecciones en el área de vivienda, así como de otras dependencias e instituciones relacionadas con el problema, la necesidad real de casas por entidades, se discrimina de la siguiente manera:AMAZONAS: 10.000 ANZOATEGUI: 140.000 APURE: 25.000ARAGUA: 180.000 BARINAS: 35.000 BOLIVAR: 160.000CARABOBO: 225.000 COJEDES: 15.000 D. AMACURO: 10.000DTO. CAPITAL: 190.000 FALCON: 65.000 GUARICO: 35.000LARA: 180.000 MERIDA: 60.000 MIRANDA: 250.000 MONAGAS: 40.000 N. ESPARTA: 20.000 PORTUGUESA: 40.000SUCRE: 65.000 TACHIRA: 175.000 TRUJILLO: 60.000YARACUY: 30.000 VARGAS: 20.000 ZULIA: 275.000Estas cantidades totalizan 2.305.000 (DOS MILLONES TRESCIENTOS CINCO MIL) unidades de viviendas por construir. METODOLOGIA PARA LA ACCIONEl Parlamento Estudiantil, en sus primeras sesiones del 2008, debe estudiar en serio, debatiéndolo profusamente, el problema de la vivienda y la formulación de una política agresiva de soluciones, bajo la premisa de que todos los venezolanos tenemos derecho a que se nos garantice el acceso a una vivienda digna y propia. Como conclusión a este debate y para la implementación del acuerdo que se logre, el Parlamento Estudiantil debe organizar un Foro Público para formular la denuncia de la desatención a este grave problema que afecta a la gran mayoría de los venezolanos y proponer la consolidación constitucional del derecho a la vivienda. Para este Foro Público, el Parlamento Estudiantil debe invitar al Presidente de la República, al Presidente o a la Presidenta de la Asamblea Nacional, la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, al Ministro de Infraestructura y al Presidente del Instituto de la Vivienda (INAVI). La idea es presentar ante ellos y ante el País, un cuerpo de soluciones factibles al problema de la vivienda y reclamarles su atención al problema, siempre sobre la base de un derecho ignorado que constituye una enorme deuda social que hay que saldar de inmediato. Un lapso máximo de DIEZ AÑOS, de 2008 a 2018, independientemente de quien gobierne, debe ser el tiempo que se requiera para que la Sociedad y no el Estado ni el Gobierno, sino el cuerpo vivo de la Nación, la Sociedad, conciba y actúe para que este grave problema deje de ser la fuente generadora de otros múltiples problemas, solucionándolo en el lapso más breve posible, al menor costo posible y beneficiando al máximo posible de los venezolanos. Este Foro Público del Parlamento Estudiantil, luego de iniciado con esta primera convocatoria a los Poderes Públicos para que asuman su responsabilidad, debe convertirse en un verdadero sistema motivacional para repetirlo tantas veces como sea necesario, en todos los rincones del País, vinculando al máximo posible de instituciones, personalidades, gremios, empresas, demostrando que se ha tomado la calle, no para despotricar contra un Gobierno, ni contra una ideología, ni contra un grupo político determinado, sino para exigir seriamente la solución de un problema puntual, que nos afecta y nos interesa a todos y que no admite más propuestas demagógicas, oportunistas y electoreras, como han sido la gran mayoría de las ofertas hechas al pueblo por los dirigentes políticos, presumiblemente en un afán de engañarlo para obtener sus favores y alcanzar el Poder. Tomar la calle y no el Poder, permitirá a los Estudiantes y a su Parlamento, copar el escenario opinático del País y transformarse en la ansiada espada redentora que procure la verdadera justicia para alcanzar el desarrollo. Porque, lógicamente, después de la vivienda, vendrá la denuncia, por parte del Parlamento Estudiantil, de otros derechos ignorados que, igualmente, deben dejar de ser simples banderas políticas, para transformarse en realidades tangibles.FACTIBILIDAD ECONOMICAEn los archivos de los diferentes organismos a quienes compete el problema de la vivienda en Venezuela, reposan más de Cinco Millones de carpetas, contentivas de igual número de solicitudes de familias que reclaman la adjudicación de una vivienda, para lo cual anexan todas las especificaciones necesarias para su ubicación, selección, evaluación y cuantificación a la hora de admitir su pedimento. Esas carpetas, por si solas, constituyen un Banco de Datos, equivalente a un Censo y son, a la vez, la mejor expresión de la ignominiosa incapacidad gubernamental para la atención del grave problema de la vivienda. Desde luego, muchas de esas carpetas contienen datos falsos y muchas son repetitivas. Pero permitirían fácilmente orientar la investigación acerca de la verdadera dimensión y ubicación del déficit. En todo caso, calculando un valor promedio de $US 25.000,oo (VENTICINCO MIL DOLARES) por unidad de vivienda, entendida como un albergue individual, de 60 a 70 metros cuadrados, dotado de todos los servicios indispensables para su ocupación en condiciones dignas, de seguridad social, podemos concluir que un País rico como es Venezuela, con un PIB aproximado a los CIENTO VEINTE MIL MILLONES DE DOLARES ($US 120.000.000.000,oo) anuales no puede alegar incapacidad financiera para la debida atención de un problema de tan graves repercusiones sociales. El Ministerio del Poder Popular para la Vivienda y el Hábitat, conjuntamente con los demás organismos del Gobierno a quienes compete el problema en todas sus implicaciones (Transporte, Desarrollo Urbano, Aguas y Electricidad, entre otras) debe abocarse al diseño de una política de solución al problema de la vivienda, en un lapso de cinco a diez años, comenzando por la revisión a fondo de las carpetas con solicitudes de viviendas, en su poder, sincerando su autenticidad, libres de cualquier interés político parcializado. Al mismo tiempo, deben practicar un inventario de recursos y de insumos destinados a la construcción, incluyendo en ello tanto las tierras disponibles para la creación de nuevas ciudades alternativas, como la maquinaria indispensable, en manos tanto del sector público como del sector privado. Recordemos siempre que la solución del problema de la vivienda es obligación prioritaria no solo del Estado, sino, fundamentalmente, de la Sociedad, por lo que nadie puede quedar exento de responsabilidad a la hora de exigir compromisos y esfuerzos para su solución. Con una política oportunamente bien planificada, el Estado puede asumir la responsabilidad de financiar directamente hasta el 30% del costo de las viviendas, que serán dadas a sus adjudicatarios en plazos de hasta 30 años y muy bajos intereses para pagarlas. Al respecto vale la pena recordar el sentido y la justificación de la propuesta de Mi Negra, atribuída a un candidato presidencial en las elecciones pasadas y que, en realidad, corresponde a una práctica en funcionamiento en, por lo menos, dos países petroleros (Canadá y Noruega), mediante la cual se asigna un ingreso anual extraordinario por habitante, equivalente a un porcentaje de la venta del petróleo en los mercados, bajo la premisa de que este apetecido producto energético es propiedad de cada uno de los nacionales de cada País productor. A más de ello, el Estado puede crear un nuevo impuesto transitorio al consumo de gasolina en el mercado nacional, para dedicarlo, exclusivamente, a la atención financiera del problema, dando todas las garantías para su oportuno control por parte de la Sociedad. La política de solución definitiva al problema de la vivienda tendría otras muchas peculiaridades y haría énfasis en la necesidad de la participación de toda la Sociedad, pero tendría que comenzar por reclamar, en la calle, a todo grito y constantemente, al Gobierno, al estado, que dé el primer paso y asuma el mayor peso de la responsabilidad y esa es la misión que debería aceptar como propia el Parlamento Estudiantil, ubicándose en el escenario opinático como un legítimo defensor de los intereses del Pueblo. Así adquirirá la credibilidad suficiente para intentar nuevos reclamos. La Revolución Verde –la productividad agrícola—para combatir la peligrosa economía de puertos en el renglón alimentario; la seguridad social que incluya la atención de todos los venezolanos, sin distinción de ningún orden; la educación no solo como un derecho, sino como un deber cuyo cumplimiento la sociedad nos exige a todos y la protección de la vida y de los bienes de todos los venezolanos, las 24 horas del día y en todo el territorio nacional, podrían constituir el lineamiento de los nuevos reclamos del estudiantado a favor del pueblo.
Publicado por RAMM.Financial and Businesses Advisor en 15:39 2 comentarios
miércoles 23 de enero de 2008

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