Caracas, domingo 06 de abril, 2008Opinión
¿Y dónde te graduaste?
La pregunta inevitable en las décadas por venir y donde miles de venezolanos serán irremediablemente desestimados para ocupar puestos de trabajo calificados, si la respuesta es alguna de las universidades bolivarianas o institutos de educación superior que el actual gobierno se ha sacado del sombrero de mago socialista. Y si la respuesta tiene algo que ver con Cuba, peor, no tendrán la menor oportunidad sino en cargos menores y de habilidades mínimas; lo lamento por tantos jóvenes que pusieron sus esperanzas en una educación que prácticamente los marca como incapaces, con una formación que sólo los prepara para entrar al PSUV y llenar espacio en actos masivos de los comunistas, hacer olas, aplaudir al líder o amenazar a periodistas. Los títulos que ahora exhiben y sus currículos servirán sólo para empapelar paredes, nadie se va a arriesgar a contratar profesionales y técnicos que han pasado la mayor parte de su tiempo en tareas ideológicas, entrenamiento paramilitar y de pulperos en megamercales, alumnos que no presentaron pruebas académicas, que no se sabe de su rendimiento, que son prácticamente analfabetas funcionales, tanto del idioma como de los más elementales rudimentos de las ciencias, que no pueden competir en el mercado laboral y que les llenaron la cabeza de conceptos de igualdad, solidaridad y humanismo socialista que no sirve para nada sino para acariciar el ego enfermo del líder máximo, pero aun sabiendo que no tienen la preparación, se llenan la boca diciendo que son médicos, abogados, ingenieros, maestros o gerentes. Se trata de una camada generacional de muchachos y muchachas venezolanas arrastrados por el deslave educacional chavista cuya misión ha sido y es, la construcción del hombre nuevo, o sea, el embrutecimiento masivo de la juventud venezolana.No me complazco en la idea, al contrario, si hay un daño grave que Chávez le ha propinado al país nacional, ha sido precisamente el haber tocado a nuestras reservas morales, intelectuales y laborales que es nuestra juventud, y haberlas convertido en una pesada carga social; tenemos un problema que se define en la pregunta: ¿Qué vamos hacer con todos estos jóvenes que se creen preparados para asumir las altas responsabilidades de hacer avanzar al país hacia la modernidad y el progreso? No podemos ni debemos ignorarlos, fundamentalmente no fueron ellos los culpables de su situación, son el producto de una tremenda irresponsabilidad del gobierno, de una desviación del pensamiento, donde fue sacrificado el conocimiento por el sentimiento, el rigor y la disciplina por la ligereza y la verdad por la fantasía, con el único propósito de controlar la academia políticamente, a fuerza de números y desorden, y acabar con la odiada autonomía universitaria. Me atrevo a sugerir que es necesario el diseño de un plan urgente de capacitación y reconversión de estos ciudadanos que complemente, en alguna medida, las carencias académicas que arrastran, aunado a un plan de oportunidades para la especialización, por ejemplo, aquellos que fueron certificados como médicos pasarlos a funciones de paramédicos y enfermería especializada, los abogados a asistentes paralegales y funcionarios de tribunales, a los ingenieros llevarlos a maestros de obras o técnicos mecánicos o eléctricos, en fin, es sólo un esbozo de idea, y para los que tengan verdadera vocación, prever un plan de avance para que completen su educación formal y obtengan un título de verdad. Para nadie es un secreto que estos jóvenes tienen tremendas desventajas en su capacitación para la comunicación interpersonal, en las habilidades numéricas y en su comprensión de cómo funciona un mercado de alta competencia, estas son las áreas fundamentales para iniciar un programa de salvamento intelectual, es un programa que consumirá tiempo y recursos, pero es necesario, justo y cristiano hacerlo, nos evitaremos frustraciones, repuntes del delito y desorden social.Sabemos que el modelo de Educación Superior que tiene el gobierno en mente es el modelo socialista cubano, esto significa que estaban preparando a estas personas para trabajar dentro del gobierno, en sus diferentes misiones, empresas socialistas y milicias, además de utilizarlos para misiones humanitarias en otros países, y porque el objetivo fundamental es político, fue sacrificada la excelencia académica, el tiempo necesario para la preparación y el conocimiento de avanzada que la tecnología ha desarrollado.Uno de los problemas fundamentales que se va a presentar cuando el país vuelva a la normalidad es precisamente el reconocer esos títulos como válidos y que esas personas, ocupando cargos para la que no tienen preparación, aduzcan razones de discriminación y venganza política para evitar que se les ponga en observación y en muchos casos desmejorar su condición laboral.Conozco de casos de alumnos que se han dado cuenta de la piratería de la preparación que se les ofrece, e hicieron el esfuerzo por migrar a universidades e institutos de mayor prestigio, pero es sólo una minoría, el grueso de estos jóvenes continúan en el molinillo de cerebros de estas instituciones socialistas irresponsables, cuyo único interés es llenar cuotas y graduar masivamente gente, para beneficio de la propaganda y las estrategias mediáticas del gobierno. Si ya el sector educativo venía arrastrando los vicios de esa falacia llamada el Estado Educador, que se movía por la mentira de una educación de calidad para todos, con los socialistas este "deber" ha convertido a los jóvenes en el país en una serie de batallones socialistas que no son otra cosa que resentidos sociales, solamente aptos para la ideologización comunista, terapias ocupacionales y aprendices de brujo de la Nueva Era. Estoy convencido, que la gratuidad de la educación superior en Venezuela hace más mal que bien, que es la familia la que debe decidir cómo, dónde, y quienes van a educar a sus hijos, que es la sociedad y no el gobierno, deben brindar esas oportunidades, y finalmente que es la educación privada la que debe hacer realidad la multiplicidad de ofertas educativas para la gente.
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